Valerie Steenken.

Encuentro una gran sensibilidad en la música clásica. Creo que es algo que llevan dentro, los artistas. Un sentido de la música diferente, ajeno a las corrientes o las tendencias. Separado de la música que personalmente puedo escuchar, siempre moderna y variada. Una interpretación de las obras eternas con renovada energía.

El violín de Valerie tiene más de trescientos años. Durante unos segundos tocó a Bach, en mi estudio. Un espacio que conozco a la perfección. Dispongo además de un equipo wifi que no está nada, nada mal. Y aún así, nunca había escuchado nada similar. Tan ceca, y en un lugar tan conocido. Me sorprendió. Pero no solo eso, durante un momento me quedé prendado de esa música tan bonita. No sé que movimiento u obra era, solo sé que era Bach. Que fue increíble. Y que hice dos nuevos amigos. Tres. Valerie, Ricardo, y Juan Sebastian.

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Demasiado viejo.

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Diego Sánchez.